martes, 9 de agosto de 2011

Sueño ó Realidad



          Y mirame aquí, frente a mi maquina de escribir, la mirada clavada en esa hoja en blanco tratando de leer algo que estaba en mi mente pero aún no lo había plasmado, ya estaba la historia en mi cabeza pero no sabia por donde empezar, enciendo un cigarro de tabaco a medias que se encontraba a mi derecha encima de un cenicero de cristal, o al menos así parecía; la luz era tenue, el viento tocaba a mi puerta como si fuera por mi a invitarme a volar con el por los campos de la región, el olor a madera era la combinación ideal para escribir una gran historia pero como mencionaba, no tenia principio.


Mi Amigo el viento tocó mas fuerte y abrió una de las ventanas que daban al bosque, rápidamente me puse de pie y fui presuroso a cerrar la ventana, el rechinido del piso de madera me acompaño, tardé en cerrarla porque mi mirada se perdió en el bosque alumbrado con esa media luz que la luna nos regalaba, que con una tenue neblina daba un ambiente totalmente de terror, al fin salí de ese trance de la obscuridad y cerré la ventana. Al regresar a mi silla para tratar de empezar mi historia, escuche una canción lejana que venia de algún lugar de la cabaña o quizá del bosque, mis oídos no distinguían la dirección de donde venia el sonido, traté de agudizar los mismos pero cuando hice eso la melodía se esfumó, miré para todos lados como queriendo encontrar los restos del sonido pero fue inútil, en fin, llamó mi atención una llave que estaba en la mesita entre un sillón café para dos personas, medio maltratado por el paso del tiempo, y uno mas del otro lado pero individual; en esa mesita de centro había libros revueltos, un portafolios, una copa de vino, fotos de una pareja que no conocía, unos papeles y esa llave con un numero uno grabado en ella.


Llegó una voz del otro lado de la puerta de mi cuarto, era la voz de una mujer, por su color y tono deduje que mas o menos tenia una edad como de 40 años, no escuche lo que me dijo así que pregunte, ella respondió que ya estaba la cena con una voz media que con trabajo escuché el anuncio otra vez, la verdad no tenia hambre, el café y el tabaco eran mi suplemento alimenticio, Gracias pero no, respondí, escuche los pasos en la madera crepitante que se alejaban, di media vuelta y me acerqué a mi silla frente a mi compañera la maquina que ahora no había plasmado nada de mis locuras; empecé a escribir unas lineas sobre una mujer que estaba atrapada en su mundo de recuerdos, recuerdos de su marido que ya hacia dos años que había muerto en un accidente en carretera que ni ella sabia como, lo que no la dejaba en paz, era que un día antes de que falleció, ella no estaba de acuerdo con el viaje que iba hacer, le reclamó, pelearon muy fuerte, pero sin resultado para ella, lo ultimo que bramido fue que se iba a arrepentir de irse, y así fue.


El Hombre salió como bólido, solo tomó su pequeño portafolios, las llaves de su coche y una hoja en la que había escrito la dirección de su destino; subió a su vehículo y tomó camino, su mente estaba situada en la pelea sin sentido con su esposa, pero tenia que concentrarse en la carretera y llegar al lugar donde tenia que reunirse con un hombre que le había propuesto un buen negocio, era en construir un centro comercial en un pueblo que estaba casi en ruinas, era un proyecto increíble para su carrera de arquitecto y así salir de su vida a medias. En la Radio se escuchaba una canción difusa había mucha estática y casi no se distinguía, pero sabia que la conocía, en fin, volteó al asiento del copiloto y vio algo que no recordaba que hubiera estado ahí cuando se subió, era una llave con un número nueve grabado en ella. El Arquitecto volteo al frente para ver el camino y solo vio una luz blanca, tan blanca que ni el mismo sol se vería así, no pudo controlar el auto y volcó inesperadamente, a lo lejos un oriundo del lugar vio de reojo lo que pasó, y se dirigió con cautela hacia el accidente, no sabia que hacer, si ir a ver o quedarse ahí parado o salir corriendo a su casa, se acerco lo mas posible al lugar de los hechos cuando vio, entre llamas y humo, una ligera luz como neblina blanca que se alejaba, sintió miedo y corrió de regreso a su casa.


Al llegar a su casa, solo tenia las imagenes de la volcadura y de esa luz blanca que salio del lugar, en eso, sonó el teléfono que hasta espantó al hombre, cuando contestó solo se escuchaba entre estática una canción que el sabia que la había escuchado antes pero no sabia cual era, colgó y se quedó con mas incertidumbre que con la que había llegado a su casa. El Hombre tenía que ir a un pueblo cerca donde se quedó de ver con una persona que le compraria un terreno a casi el doble de lo que valía en realidad ese predio, no podía perder esa oportunidad, así que tomo unos papeles y una llave con un número siete grabado en ella.


Otra vez esa canción, me levanté de mi silla, paré de escribir y traté de ubicar el sonido pero nada, miré hacia la ventana y la misma obscuridad paraba mi vista, no alcanzaba a ver nada, no me importó, estaba mas intrigado en la misma historia que había empezado a escribir, así que volví a mi maquina y seguí escribiendo.


La Mujer recordaba todos los momentos felices que pasaron juntos, miraba todas las fotos, escuchaba canciones que los involucraba, se la pasaba caminando de un lado a otro de su habitación, con una copa de vino en la mano, y en la otra, una llave con el numero cinco grabado en ella, escuchando una canción en especial que le gustaba mucho, y el crujir de la madera del piso.


Cuando el Arquitecto se dirigía al lugar tuvo que parar en un lugar para cenar algo y descansar un poco, paró el auto y camino hacia una cabaña que rentaban por noche, en la recepción se encontraba un hombre como de 70 años, era un lugar familiar, había un comedor muy grande y una mujer sirviendo la cena.


El Hombre llegó con los papeles en la mano y la mente confundida por el accidente y de más, al entrar al lugar, saludo con familiaridad al señor que se encontraba sentado en una mesedora tomando una taza de café de olla, le comentó que si no había preguntado un hombre por el, y el señor solo movió su cabeza de una lado a otro, el hombre camino hacia el comedor y se sentó en una silla que estaba a un lado, una mujer estaba  sacudiendo unos muebles de la sala de estar y puso una canción muy familiar, pero el rechinido de la madera que alguien caminaba en ella, no lo dejaba distinguir.


Si esa canción, ya se cual es, me levanté de la silla otra vez, tome un trago de mi café apagué mi cigarro en el cenicero, tomé la llave de la mesa y salí de mi habitación, baje poco a poco las escaleras y llegué a la recepción, giré mi cabeza hacia un comedor que se encontraba  a mi izquierda y vi totalmente asombrado a una mujer como de 40 años limpiando unos muebles, un hombre con unos papeles sentado en la mesa, una mujer caminando con una copa de vino de un lado a otro, un tipo parado en la recepción con un portafolios y un señor como de 70 años mirándome fijamente y pidiedome la llave que traía en la mano, se la entregué y la acomodo en una pared junto con las otras llaves, la puso en el primer espacio, miré los números y formaban uno, nueve, siete y cinco, 1975, era mi fecha de nacimiento, que es eso............es............como.......una luz..............sí............una luz.............demasiado blanca..........me tapa............no veo.............ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.


Que............Abrí los ojos poco a poco y vi algo blanco frente a mi, fui distinguiendo que era y apareció la hoja en la maquina de escribir, pero.........estaba en blanco, totalmente en blanco, miré hacia la ventana y ya había amanecido, esa canción otra vez............................


Sueño ó Realidad la descición es tuya.




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